Concepto luz y color “En la naturaleza no existe nada que se pueda llamar color rojo. No hay ningún pigmento ninguna onda, ningún objeto que podamos mostrar como aquello que define el color rojo. Todos los colores son solo sensaciones del cerebro humano. 

El color es una percepción visual del cerebro al interpretar las señales nerviosas que se envían a los fotorreceptores de la retina del ojo (conos y bastones). Y a su vez interpreta y distingue las distintas longitudes de onda electromagnéticas. 

Ondas electromagnéticas con diferente longitud de onda producen en el organismo humano respuestas muy diferentes. Podríamos decir que estímulos muy semejantes entre sí desde el punto de vista físico, causan sensaciones psicológicas y efectos físicos que se parecen muy poco entre sí. 

Todo cuerpo iluminado absorbe una parte de las ondas electromagnéticas y refleja las restantes. El ojo capta las ondas reflejadas y el cerebro las interpreta como colores, en función de las longitudes de ondas correspondientes. 

El ojo humano sólo percibe las longitudes de onda cuando hay suficiente luz. La formación de la visión humana del color. La visión consiste en detectar la luz y de interpretarla. El sistema dedicado a esa tarea es sistema visual. 

La primera parte se encarga de formar la imagen óptica en la retina, donde las células foto receptoras procesan la información. 

Hay de dos tipos de células fotorreceptoras: los conos y los bastones

Los bastones se activan en la oscuridad, y sólo permiten distinguir el negro, el blanco y los distintos grises. Los conos sólo se activan cuando hay suficiente luz en el ambiente.

Los conos captan radiaciones electromagnéticas, rayos de luz, que más tarde darán lugar a impresiones ópticas. 

Hay tres clases de conos, cada uno de ellos posee un fotopigmento que sólo detecta unas longitudes de onda concretas, aproximadamente las longitudes de onda que transformadas en el cerebro se corresponden a los colores azul, rojo y verde.

Otras células de la retina se encargan de transformar dicha luz en impulsos electroquímicos y en transportarlos hasta el nervio óptico. Desde allí, se proyectan al cerebro. 

En conclusión, Luz y color van de la mano sin una la otra no existe.